Sobre Hokkairo
Somos expertos en calor, por eso buscamos la manera más cómoda para que lo lleves a todas partes.
Nuestros calentadores son indispensables cuando necesitas calidez.
Se trata de un producto versátil para diversos usos, como, por ejemplo, en desplazamientos al trabajo o al colegio, antes o después del deportes, al pasear con tu mascota, cuando quieres descansar, etc.
El calor se libera al hacer reaccionar el contenido del parche con el oxígeno del aire, por lo que no es necesario incluir ningún elemento externo, sólo eres tú y tu calentador Hokkairo. Una gran ventaja es que el tamaño de nuestros calentadores es muy reducido, lo que lo hace muy cómodo y agradable de usar, sin generar molestias innecesarias.
¿Cómo funciona?
El calor es provocado gracias a la reacción química que ocurre cuando el polvo de hierro hace contacto con el oxígeno, formando óxido de hierro, y esta reacción libera energía en forma de calor.
Pero este no es el único elemento que forma parte de los calentadores Hokkairo, ya que también contiene carbón activado, que absorbe el oxígeno del aire para que aumente su concentración y acelere la oxidación del hierro. En conjunto con el agua y la sal, la tasa de oxidación del hierro aumenta, acelerando aún más el proceso y mejorando la duración del calor.
Finalmente, el humectante presente, llamado Vermiculita, permite prevenir que el polvo de hierro se ponga pegajoso y mantenga su estado sólido.
Gracias a todo este proceso químico, puedes mantenerte cálido en ambientes fríos.
¿Por qué preferir Hokkairo?
Los productos Hokkairo son calentadores portátiles y activables con el aire, lo que les da la ventaja de poder llevarlos a cualquier lugar que desees sin problema. No ocupan mucho espacio ya que miden sólo 13×9.5 cm y no necesitan electricidad, ni agua caliente ni ningún potenciador externo para que se calienten.
A comparación de otros calentadores, como los guateros convencionales o las estufas, no corres riesgo de quemaduras ya que no supera los 75° Celsius. Además, pueden durar hasta 20 horas con calor constante, mientras que otras fuentes de calor no suelen durar mucho tiempo, por depender de energías externas, como agua caliente, electricidad, gas u otro combustible.